domingo, 29 de agosto de 2010

Nunca falta uno...(en salas con películas dobladas al español) (9/09/06)

Y su vecino de asiento enseguida le dijo:-shhh-
Y ella le preguntó: ¿Shhh qué?
Y él le dijo:-que se calle-
Y ella le preguntó:- ¿yo me tengo que callar y usted no?-
-Se callan los dos- dijo otro tipo
-Perdón, los tres- dijo otro que también se metió
Y otro más dijo: -sigan, sigan hablando nomás total…-
-No me dejan escuchar!-dijo otro
Usted tampoco a mi- le contestó otra mujer
-La conversación no llegó al baño para que salten los soretes -dijo otra
Leo Masliah. La tragedia de ir a ver Titanic.
Recomiendo lo escuchen completo, que no tiene desperdicio:

Y recomiendo este enlace musical que también viene al caso:
http://www.youtube.com/watch?v=TvPd1weW3bw

¿Porqué siempre que uno va al cine (ahora menos que antes encima porque la entrada sale un huevo) siente que la sala está tomada por comisiones de perturbadores? A saber:
El famoso y popular “cabezaypiñata” dubitativo, que se debate entre sentarse en la butaca que está delante tuyo o la que está al lado que no tapa a nadie y ¿qué decide finalmente? Cagarte la pelicula, claro, sentándose delante auque intentaste e intentaste ver si funcionaba la telekinesis mirándolo fijamente, pero no funcionó, máxime, ni percibió tu existencia o finge que no te ve. Entonces te espera una larga sesión de tortícolis y dolores de columna de tanto mirar de costado. Y cuando te resignaste estar incómodo, diciéndote: “bueno, por lo menos voy a escuchar”, suelen aparecer otros inoportunos categóricos para desmentir tamaña ingenuidad:
1) El ponderado “abridor de fideos”, como designaba una amiga a todo aquel que se dedica a hacer ruidos con bolsitas durante toda la santa función. Parto de la base que este acto no es en absoluto espontáneo o ingenuo como quieren hacernos creer, todo lo contrario. Creo firmemente que previo a la función el abridor de fideos hace su prueba de sonido que consiste en atar a una silla a alguien para probar sus limites de resistencia haciéndole ruidos con diferentes tipos de bolsitas en las orejas, y así saber cómo joderte sostenidamente más la vida.
2) El infaltable niño correteador de pasillos que sisifescamente va y viene durante casi toda la película. Digo casi porque, justo en ese momento clave de la película cuando el personaje está por contar el secreto de la vida y no sólo el de la película, la madre harta le arranca la patilla de un tirón haciendo que el niño pegue un grito desgarrador para que deje de correr. Recuerdo una vuelta en el cine con una amiga, la imagen delante nuestro de la típica pendejita tremenda con dos chuletas, poseída por una hiperkinesis descomunal y al lado la también típica madre resignada. Mi amiga, pocapulga como siempre, iba perdiendo la paciencia lentamente hasta que explotó y en medio de la oscuridad se le acercó al oído y le dijo estas palabras: “si no te quedás quieta, te reviento…”. La changuita, por supuesto, no se movió más en toda la película.
3) El tropezador que llega tarde enredándose con esa cortina pesada de terciopelo y que, al no ver un joraca, pasa tropezándose o rodando por los pasillos. Si te sentás cerca del corredor, en los primeros 20 minutos podés sentir las ráfagas provenientes de los manotazos tan desesperados como inútiles ante la inminente caída cautivos de un vértigo irrefrenable. En estas hazañas mi querida tia adri es campeona pero cuando le pasó tuvo la suerte de ser rescatada por un heroico cinéfilo auntoconvocado que salió de la fila para agarrarla en el aire arrancándola de la fatal inercia. Otras veces tuvo la suerte de evitar esta trayectoria tan desafortunada, pero como suele ser distraída y miope a la vez, era común en ella tambien terminar sentándose en el regazo de algún incauto espectador que la miraba desconcertado tratando de entender esa acción x la cual él de repente se metamorfoseaba en hombre-butaca. No es condición "sine qua non", pero x lo general los hombres-butacas tienen anteojos y entonces el desconcierto se refleja en los vidrios que ahora permanecen fijos en dirección de aquella presencia sobre sus piernas, y no sobre la pantalla, hasta que intentan informar sobre su propia presencia con un movimiento, una leve tos o alguna señal que no consista en palabras al despistado "okuparodillas", hasta que éste se daba cuenta, se iba en “perdones” y se sentaba en la butaca de al lado.
4) El mil veces maldecido cuenta-películas que se sienta al lado tuyo y la vio como diez veces y va relatando entusiasta todo lo que pasa al que fue con él, diciendo frases como: “uh, ta loco esta parte!”, “mirá está escena… mirá esta escena”, “y ahora mirá que hace”, etc., y cuanto menos lo esperás zaz! le esta contando el final al otro zoquete y aunque te tapas los oídos escuchás lo mismo.
Seguramente habrá mil tipos o caracteres que no he registrado…a esa tarea evocativa se las dejo a ustedes.
Kill

4 comentarios:

Luciano dijo...

Que bueno eso de Masliah.
MNe parece que la lista se te hizo corta, la fauna es muy extensa.

Palabra clave: proto.

malev dijo...

niña, ponele RSS al blog así es más fácil serguirlo.
beso

El Gaucho Santillán dijo...

Leo Masliah, un capo.

esto fue divertido, che.

Un abrazo.

Kill Bill dijo...

Motonet: Es cierto q me quedé super corta, y no entiendo lo de la palabra clave...expláyese
Malev: q bien ud x aqui!! no se q es eso de rss
(me parece q hoy no es mi día de mayor lucidez)
Gaucho: cumpli con el cometido y le pegue con los epigrafes xq potencian más el relato al punto de opacarlo...
No podía parar de retorcerme de la risa con Masliah, no podía dejarlo afuera...