domingo, 4 de septiembre de 2011

La heroína de las pantuflas (21/05/06)

Amigos míos, para sobreponerme a episodios tristes de mi vida, me puse a pensar en cosas graciosas y recordé una anécdota tremenda. Una vez, el año pasado creo, tome la bizarra decisión de comprarme unas pantuflas y fui a una galería, a un local específico donde venden dichos "objetos". Resulta que entro y estaba atendiendo una vieja rabiosa, esas viejas a las que les pagaría con mis ahorros un "taxi boy" para que les de una alegría, sólo por eso. Son esas viejas que vienen mal orientadas en la vida y te tratan como si estuvieras molestando cuando vas a comprar. La tipa maltrató a una minita que había visto unas pantuflas en la vidriera porque no sabía el número y en vez de mandarla a la mierda, la mando a ver la vidriera. Después apareció la típica viejita senil (de esas que te rompen la paciencia preguntando sisifescamente lo mismo cada 15 segundos) que le pedía una pantuflas rosas pero de otro modelo que no estaba en la vidriera, no entendía que esas pantuflas eran inexistentes y ahí sí, tal vez dá para ponerse un poquito idiota cuando tenés una barrabrava de viejas invernales que se están agarrando a los chirlos atrás del mostrador para ser atendidas. Después apareció la típica colada impune que se mete adelante tuyo haciéndose la boluda mientras vos esperaste mil años y la tipa la atiende ( y encima la atiende bien!). A todo esto yo estaba de "bajorelieve" en la escena, de vil observadora y estaba rumiando mi bronca en soledad. Cuando me atendió a mí la tipa casi me manda a ver la vidriera pero le frené el carro y emití mi discurso, el más revolucionario de todos.

"Usted me está maltratando y maltrató a la chica que se fue, yo no le estoy hablando mal - me dirigí entonces al dueño- tener empleados así lo perjudica porque se les van los clientes, entiendo que todo el mundo puede tener un mal día pero no por eso los demás tienen la culpa...esta señora no valora su trabajo, en Argentina hay mucha gente que no tiene trabajo no porque no quiere sino porque no encuentra, estoy segura que muchos en su lugar serían felices y lo valorarían más, tendría que agradecer que tiene la dicha de tener laburo en un país como este..." (Algo así era...no me acuerdo bien cómo lo dije así literal pero ese era el sentido) y ya me estaba yendo emboladísima y otra vieja que no sé de donde salió (del reino metafísico de las pantuflas o de una montaña de pantuflas tal vez, no sé) me dijo que no me vaya, que tenia razón y que me iba a atender ella. Debo confesar que me generó un conflicto, me vi en una encrucijada feroz: qué hago? pantuflas o dignidad? (parece un enunciado peronista, jajaja) casi me decido por la dignidad pero después dije: no puede ser que por culpa de una vieja idiota me quede sin lo que fui a buscar. Después la otra vieja que me atendía me dijo: tenés razón en lo que decís pero ella no es mala persona, sólo tiene mal carácter (insólito: creo que nadie va a hacer amigos a una casa de pantuflas, vas a comprar, es una realidad x mas dura que sea, x lo tanto, te da lo mismo que te atienda Yabrán o Grecia Colmenares siempre y cuando te atienda bien). Así que todos felices, todo terminó como un gran cuento de hadas, la tipa se sosegó con mi discurso, yo conseguí mis pantuflas y me fui contenta a mi casa porque no hay nada mas relajante que sacar la bronca de adentro, estas cosas pasan todo el tiempo y preferimos pasarlas por alto: los colados impunes, los malcogidos, los idiotas, los seniles y sisifescos...el mundo está lleno de ellos! solo hay que ponerlos en su lugar cuando corresponde. Así fue amigos, una tarde heroica, flameaba la bandera argentina de fondo mientras emitía mi discurso socialista (para todos aquellos que dicen que hay que llevar lo que uno piensa a toda la población vean, yo lo lleve...¿a una casa de pantuflas?, algo es algo).

Mucha risa y bizarría

Fe de erratas ideológica a 5 años de este falso manifiesto socialista:

Cómo pude haber sido tan botona con esa doña? Cómo pude apelar a la patronal cual “acusalo con tu mamá, Quico”? Cómo pude haber concebido que hay que “agradecer” por tener trabajo? Cómo pude ser tan obtusa y no pensar en la precarización laboral, en la quemación cerebral de esa trabajadora? Cómo pude hacer un análisis de la situación tan acotado, tan descontextualizado? Claro que flameaba la bandera argentina! Flameaba la bandera de los pequebú reduccionistas, los de siempre, qué equivocada estaba!. Ni hablar de las pantuflas como signo ideológico de clase, qué pedorro por el amor de Carlos Marx!

Igual no me voy a autoflagelar, era una pendeja que iniciaba sus pasos en la observación de las cosas, creo haber avanzado un poco más que eso, creo, porque por lo menos, aún sintiendo vergüenza, no ajena sino propia, me hago cargo de hacer la autocrítica correspondiente y no negar este texto, que hoy leo, nefasto. Esto sirve como parámetro de un salto, de un proceso que me llevó a no ser tan mierda como esa vuelta. Espero coincidan conmigo en este cambio de lectura.

La Kill

5 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Lo botòn no quita lo valiente!!

Ya pasò.

Un abrazo.

Huevo__Duro dijo...

fav a la fe de erratas.

Kill Bill dijo...

Gaucho! si posta! pero la vida es un proceso viste? es imprescindible la autocritica para crecer, lo triste seria ser los mismos de hace años no?
Huevo duro: gracias compañero!

Clara Oscura dijo...

Juro que pensé: que mierda le pasa?

Morí de risa y la reivindicación final y la capacidad de autocrítica que nunca puede ser en voz baja, sino es ficticia, es lo que no sólo te hace una gran militante sino de las mejores personas.
Por eso te quiero.
Pero por sobre todo: por eso además de compañeras, camaradas, somos amigas.-
Clʚϊɞ

Kill Bill dijo...

Gracias amiga! casi lloro, la admiración y el amor es mutuo...viva la poesía, la revolución, la alegría y sobre todo a lado de compañeros con la capacidad de imaginar todo el tiempo mundos posibles y sobre todo la corporalidad para concretarlos en proceso.
Abrazo infinito